La innovación tecnológica no para, y su aplicación al entorno educativo tampoco. Por eso, durante los próximos meses (y también a más largo plazo) llegarán a nuestros hogares y aulas nuevos productos nos ayudarán a mejorar las clases, a aumentar la motivación de los alumnos o a hacer algunas tareas cotidianas más sencillas. ¡Aquí, algunos ejemplos!
Es un proyecto para que los niños aprendan a crear aplicaciones que funcionen en smartphones y tabletas que acaba de concluir con éxito la recaudación de fondos en una web de crowdfounding. Se compone de varios elementos. En primer lugar, la aplicación. Los niños pueden elegir qué aplicación quieren crear, sabiendo que cada una ayuda a aprender diferentes conceptos y lenguajes. En un texto junto a la app aparece el código escrito, que tienen que transcribir desde la cuenta personal de Bitsbox.com. Una vez tienen esta base, pueden cambiar algunos detalles del código para personalizar la aplicación: añadir nuevos gráficos y sonidos, cambiar colores, velocidad y tamaño… Así aprenden qué hace el código. Además, en todo momento visualizan qué hacen exactamente. También pueden utilizarla en una máquina real al escanear un código QR.
Aunque parece un auricular manos libres, la funcionalidad de Lalala (un concepto de auricular manos libres) es mucho más completa, y se convierte una solución muy interesante para los alumnos y docentes con dificultades auditivas. Y es que capaz de registrar todos los sonidos que hay alrededor, diferenciar entre ellos y aislarlos unos de otros. Esto sirve, en primer lugar, para dejar de escuchar un ruido que esté molestando, o para mantener una conversación con una persona sin que las voces de otros interfieran. Además de “eliminar” ruidos, Lalala permite bajar el volúmen de unos y subir el de otros, lo que resulta ideal para todos. Por otro lado, y gracias a determinadas aplicaciones instaladas en el smartphone con el que esté enlazado, también podría servir para escuchar traducciones en tiempo real, y otros muchos usos.
Este bolígrafo permite hacer dibujos sobre múltiples superficies y ‘levantarlos’ para convertirlos en objetos tridimensionales gracias a que sustituye la tinta por plástico ABS y PLA (el que se utiliza en las impresoras 3D). La versión 2.0 de este bolígrafo, que durante estos días está recaudando fondos en Kickstarter, es más fina, ligera, silenciosa y más fácil de utilizar que la anterior, y no necesita ningún ordenador ni programa para que funcione. También es más segura, porque el plástico que sale por su punta se enfría de forma más rápida (casi instantánea, dicen los creadores). Así que sólo hay que enchufarlo a la corriente para que comience a calentar el plástico y en minutos está listo para “dibujar”. Sus aplicaciones son múltiples, y están muy orientadas al mundo educativo: esperan convertirlo en una herramienta habitual en las aulas que pueda utilizarse para cualquier materia (siempre con alumnos de más de 14 años), desde geometría a arte.
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